La evolución es un conocimiento general entre prácticamente cualquier grupo de edad, millones de años de supervivencia y reproducción diferencial de los individuos debido a las diferencias en el fenotipo a través de la selección natural. Sin embargo, descontentos con la naturaleza y para satisfacer nuestro insaciable apetito de mejora, los humanos acabamos desarrollando la cría selectiva. Pero volvamos a eso en un segundo.
Desde el principio, mi carrera se ha desarrollado dentro de Recursos Humanos, especialmente en el frente de headhunting. Durante tres años he estado entrevistando y seleccionando candidatos para clientes tanto externos como internos en muchos sectores tanto en Europa como en Sudamérica y no fue hasta hace poco que me di cuenta del darwinismo artificial latente que subyace en todo el proceso.
No está claro si se hizo evidente desde la crisis financiera mundial de 2007 que las corporaciones redujeron las búsquedas y se beneficiaron de una mayor calidad de capital humano por el mismo salario o si siempre fue, básicamente, el elefante en la habitación del que nadie quería hablar, pero ahora la principal diferencia es que no hay nada más en la habitación.
Tomar como ejemplo a Chile (América del Sur), donde actualmente aplico mis habilidades en RRHH, es, según mi punto de vista, un buen ejemplo de “creación selectiva de mano de obra”. Su historia, aunque corta, ha dejado muchas cicatrices que van desde la colonización, el comunismo, un golpe de Estado, una dictadura y hasta la democracia económicamente liberal que es hoy. Sin embargo y teniendo en cuenta mi campo de interés, lo que llama la atención del actual entorno laboral chileno es el deterioro de la relación entre el empleador y el empleado. A partir de meras referencias, experiencia propia y una cuidadosa comparación con otros países de Europa, parece que la dinámica, especialmente entre los obreros, se puede resumir en un tira y afloja, donde el empleado exigirá el máximo de su salario por el mínimo esfuerzo y el empleador haciendo exactamente lo contrario en el otro lado, lo que lleva a lo que yo llamo un juego de equilibrio de Nash imperfecto. La pregunta es, ¿dónde comenzó y por qué persiste? Aunque pueden ser preguntas complejas al principio, si debo adivinar, diría que es el reflejo de una relación no resuelta entre terratenientes y campesinos cuando los españoles tomaron el poder. En cuanto a por qué todavía continúa, me lleva a su desigualdad socioeconómica inherente. Según un índice GINI, que mide hasta qué punto la distribución del ingreso (o, en algunos casos, el gasto de consumo) entre individuos u hogares dentro de una economía se desvía de una distribución perfectamente equitativa, Chile ocupa el puesto 20 a escala mundial.
Pero, ¿cómo afecta esto al mercado laboral en este caso particular? Esto significa que se utiliza un sistema de criterios aún más exhaustivo, en comparación con otros países. Si bien lo siguiente debería calificar como un profesional con «el paquete completo» (calificado, experiencia en el extranjero, títulos de posgrado, habilidades blandas, habilidades lingüísticas, etc.), en países desiguales, factores como la ideología política, el apellido, la dirección y los antecedentes también pueden desempeñar un papel. papel fundamental para permitir que un candidato progrese en un proceso de selección para puestos más altos. Usando un gráfico mental clásico de oferta/demanda, esto significa que debido a la escasez de mano de obra calificada, los puestos ejecutivos pagarán mucho mejor que en otros países menos desiguales y, por lo tanto, más desarrollados, lo que provocará una mayor brecha entre los estratos sociales dentro de la sociedad que conducirá a la delincuencia. , la pobreza, el robo y una relación cada vez más distante entre el empleado y el empleador en el proceso al permitir que solo un pequeño grupo prevalezca a través de la crianza selectiva de mano de obra.
